Siempre he tenido un particular temor por las armas. No me agradan para nada las guerras. A nadie en su sano juicio podrían agradarle, a menos que existan intereses mayores. Ningún interés material o político vale la vida de la gente.
Hace unas semanas estaba en un café lejos de la ciudad. A veces sin querer escucho conversaciones. Una de éstas fue la de dos españolas que estaban de paso, vacacionando. Hablaban con cierto deleite de que sus abuelos eran falangistas y de cómo en España todavía se le alababa a Franco. Pensé que es posible que España todavía esté dividida, como lo está Chile, como lo está todo el mundo. Leer Soldados de Salamina fue adentrarse en la guerra civil española. Recordar que hubo grandes poetas, gente común, que pelearon y murieron por la República.
Un personaje llamado Javier Cercas nos cuenta su obsesión por encontrar a un soldado republicano que le perdona la vida a Rafael Sánchez Mazas, uno de los fundadores de la Falange. Quiere escribir una novela que cuente las razones por las que el soldado desconocido le perdona la vida al culpable de la caída de la República. Tiene la versión de Sánchez Mazas y de muchos otros que vivieron esos años, pero le hace falta esa otra mitad. Hasta que encuentra a alguien que puede desenredar los hechos y lo que encuentra es lo que menos esperaba.
Javier Cercas es un novelista español que llegó a ser más conocido con Soldados de Salamina. Novela que ya tiene una adaptación en el cine y que también es realmente buena, sólo que con algunas variantes. Sus otras novelas son El inquilino, El móvil, El vientre de la ballena, La velocidad de la luz y recientemente La verdad de Agamenón.