Te sonará tonto pero a veces creo que los recuerdos son los únicos que no traicionan, los únicos que nunca decepcionan. Por eso hay que cuidarlos.
Antes que nada, debo aclarar que soy débil frente a los libros de títulos largos que parecen ser una especie de revelación frente al lector. Las primeras líneas de esta novela decían: «No la volví a ver jamás». Y con eso teníamos ya una advertencia o una promesa, por experiencia la tomé como una advertencia. La historia de Volver implica demasiado está narrada por Santiago y todos aquellos personajes que reconstruyen a través de recuerdos e imágenes poéticas los acontecimientos importantes de su vida para darle una posible respuesta a lo que significó irse y a lo que implicaba volver.
Además, debo confesar que amo de sobremanera los libros que me despiertan el recuerdo de otros libros. También sucedió con Volver implica demasiado, durante su lectura fue evocando distintos libros, poemas y autores que no fueron más que un punto de encuentro en el sentir de sus personajes, en especial de Santiago. Los versos de la poeta uruguaya Cristina Peri Rossi, escribiendo lejos de su Montevideo se hicieron presentes, aquella lucha contra el olvido:
Nací en una ciudad triste
de barcos y emigrantes
una ciudad fuera del espacio
suspendida de un malentendido.
Mientras escribo esta reseña una columna de la escritora argentina Leila Guerriero es parte de mis lecturas. Volver lleva por nombre y comienza:
¿Cómo se vuelve a un sitio del que una no se ha ido? Me fui de aquí sin irme. Vuelvo aquí, de donde no me he ido, quizás para acercarme a un sitio donde estemos solos pero menos rotos. Así se vuelve.
Es precisamente esa añoranza, de la que escribe Peri Rossi y Guerriero, lo que hace de esta novela un lugar habitable. Mateo Echeverría tiene una forma entrañable de narrar aquello que extrañábamos, él también se alimenta de la memoria. ¿Pero es posible olvidar la voluntad?, Santiago no quisiera recordarlo todo, sino olvidar lo que quisiera, esa memoria selectiva.
Mateo Echeverría escribe desde esa efímera aceptación que hacemos con la idea de que algunas personas y los recuerdos que creamos con ellas no vivirán de manera permanente en nuestra memoria, mientras somos conscientes que cualquier calle, fecha o lugar hará volver esos recuerdos con la misma intensidad con la que los vivimos, y ellos asomarán su presencia de nuevo en nuestras vidas. Volver implica demasiado es una novela íntima y tierna, con una voz narrativa firme, contada desde la mirada sensible de un hombre que recuerda haber reconocido las diversas emociones que despierta el amor, sin aquella necesidad de palabras que lo nombren, y sentir ante todas esas emociones el retorno inminente de su pasado.
A veces siento que los recuerdos no han pasado todavía, sino que están ahí latentes. Me asusta el hecho de que para avanzar, tenga que olvidar, y hacer que algunas de esas cosas desaparezcan para siempre. Creo que me quedaría tranquilo si alguien me pudiese confirmar que esas vidas posibles que se quedaron a medias en mi pasado continúan en alguna realidad paralela.
Durante la lectura reconocemos una escritura tierna, firme y en ocasiones dura, ese lenguaje particular del olvido y el amor. Percibo que esta novela logra traducirnos, a un idioma sensible y cotidiano, el dolor inexplicable de cuestionarse por lo ya sucedido y las decisiones que tomamos; y al mismo tiempo permite que el lector acompañe a Santiago en su regreso a la ciudad que lo vio crecer y al país al que pertenece por nacionalidad. Nos encontramos ante la exploración de su identidad y del lenguaje de sus recuerdos.